2017. Participación de los 3 miembros del Jurado: Mestre, Zurita, Zonta
Por Antonio Gamoneda.
Entre otras distinciones, es Doctor Honoris Causa por la Universidad de León, Premio Castilla y León de las Letras y Premio Nacional de Poesía (1988). En 2004 obtiene el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y dos años más tarde, el 30 de noviembre de 2006, recibe el Premio Cervantes, considerado el galardón más importante de las letras hispánicas.
Frontispicio para El Libro de la Dinastía de Bambú. Pido al poeta Zonta que me instruya en las lenguas del cerezo y de los crisantemos. Zonta no puede. Zonta calla. *
Zonta:
he esperado muchos días a que tus palabras floreciesen. No sufrí
la tardanza; en el tiempo de los frutos pudo haber transcurrido
un sólo segundo,
Escuché al cerezo en este tiempo, escuché su rumor: el cerezo estaba
madurando. No advertí ningún mensaje; desconozco las
lenguas que se hablan bajo nuestros pasos.
Debes ayudarme: he de comprender al cerezo. Tú deseabas ser una palabra; quizá lo has logrado: ¿eres ya el cerezo y hablas su
lengua?
Por Amalia Iglesias, filóloga, poetisa y periodista cultural. Durante las tres últimas décadas ha trabajado en el periodismo escrito y la gestión cultural en prestigiosos medios (Diario 16, Revista de Libros…). Actualmente es editora de Revista de Occidente.
Al este de la mariposa ahonda en esa fórmula magistral zontiana para crear un libro redondo, un edificio en el que son tan importantes las vigas que lo sostienen como las personas que lo habitan. Con la precisión del arquitecto seducido por las palabras y el virtuosismo del mago que juega con el lenguaje y los conceptos para entregarnos poemas que son huellas del asombro de existir.Alquimista atrevido, malabarista y prestidigitador, José María Zonta transforma tiempos y espacios como un batir de alas en el que no sólo remueve la estética sino también dirige su vuelo al pensamiento, escarba en los lugares de la conciencia, cuestiona conceptos, así "cada poema" es una espina y su lectura una rosa.
Asistimos aquí a la escritura como juego que va en serio. Una mariposa bate las alas entre los versos de estos poemas y las hojas del libro se estremecen y sentimos su aleteo en nuestro rostro, como si acabara de cruzar la estrella más brillante en la noche más oscura.